María Inés y Danilo empezaron a jugar al golf en el Club Atlético Estudiantes de Paraná en 1958, cuando la cancha solo tenía 9 hoyos, carecía de riego en los green y aún era muy reducida la cantidad de jugadores. Una de las razones que los llevó a iniciarse en este deporte fue porque los médicos le aconsejaron a María Inés que sería bueno caminar mucho para completar su avanzada recuperación de la afección de polio que la había aquejado cinco años antes y la práctica del golf le brindaría esa oportunidad.
La otra fue el empujón para que se animara a hacerlo que le dio a Danilo su hermano Ecio que ya por entonces era entusiasta golfista. Y con ellos arribaron a la cancha sus tres hijos, Danilito, Marito y Jorgito. Con el característico espíritu científico, docente y tenaz que lo caracterizaba, Danilo compró el libro de Ben Hogan, por entonces “la biblia” del swing del golf, armó una “jaula de práctica” en el fondo de su casa y de esta manera puso a toda la familia cada mediodía y cada noche a aprender la teoría y la práctica del buen golf. Los resultados se vieron pronto. Entusiasmada con la nueva oportunidad que la vida le había brindado para dejar atrás su dolencia, La Chupo, así le decían a María Inés cuando en su juventud practicaba tenis, patín y gimnasia, se apasionó nuevamente con el deporte y en 1961 ganó su primer Campeonato del Club en la Categoría Damas. Conquista que repitió en 1962, 63, 66 y 67 marcando toda época con su hegemonía hasta que muy prematuramente, solo tenía 48 años, partió sorpresivamente mientras jugaba. Danilo también proyectó su entusiasmo como presidente de la Comisión de Golf en 1964/65 enfocando su saber de ingeniero en el diseño junto con Ecio de los segundo 9 hoyos y en impulsar su construcción con riego de los green de los 18 hoyos. Quienes los conocieron recuerdan a Danilo y a María Inés como un matrimonio de golfistas apasionados que dejaron su huella en el Club. A María Inés por sus logros como campeona inspiradora de “las chicas” que tomaron la posta que dejó. Y a Danilo por haber sido el dirigente que se cargó sobre sus hombros la puesta en marcha de la construcción de los 18 hoyos que se inauguraron finalmente en 1974, cancha que en la actualidad para orgullo del CAE es reconocida por la Asociación Argentina de Golf como una de las mejores de campeonato fuera del área metropolitana de Buenos Aires. También se recuerda a Danilo por haber sido el forjador autodidacta de los buenos swing de María Inés y de sus hijos. Danilo, una cifra de hándicap. Mario, Campeón Argentino de Menores (1966) y Jorge, recientemente homenajeado por el CAE por sus logros como aficionado -Campeón Sudamericano Juvenil (1971) y Campeón del Club (1974/1984) entre otros- y como profesional destacado en Argentina, Paraguay, Ecuador y Perú.
Subcomisión de Golf CAE